En los últimos años la investigación denominada biotecnológica ha avanzado de una manera muy importante y ha permitido desarrollar una serie de técnicas destinadas a modificar de una forma muy específica y dirigida, un gen o un grupo de genes del genoma de un organismo.
Este conjunto de técnicas constituyen lo que vulgarmente se conoce como ingeniería genética y su finalidad es generar unos seres vivos ya sean plantas, animales o microrganismos, que posean unas características mejores que las de sus antecesores o ancestros. Estos seres vivos generados a través de las técnicas de la ingeniería genética mencionadas son los denominados organismos genéticamente modificados (OGM).
En la práctica lo que se hace es aplicar un procedimiento biotecnológico (la ingeniería genética), gracias al cual se introduce un gen foráneo (denominado transgén) en el genoma de un ser vivo. Con la transgénesis se busca que el mencionado transgén se integre en la línea germinal (gametos) de una manera estable, asegurando así que ese nuevo gen incorporado pueda ser heredado por la descendencia. Obviamente se puede introducir uno o varios genes.
Un transgén, como en natural forma parte de un ADN y posee una secuencia que codifica una proteína concreta. Esta proteína es la que va a aportar la mejora genética que se persigue; hay que matizar que en los genes que codifican una proteína, son los llamados exones los que contienen la información para producir la proteína codificada en el gen. Lo importante es que el gen introducido tenga plena capacidad para expresarse
Precisamente, para conseguir una buena expresión del gen de interés, es necesario incluir todas las secuencias que modulan su expresión, de manera que se necesita un vector que admita grandes transgenes.
Con esta finalidad la ciencia ha desarrollado los denominados transgenes genómicos. Éstos están basados en cromosomas artificiales de levaduras y bacterias; son los YACs y los BACs (cromosomas artificiales de levaduras y cromosomas artificiales de bacterias, respectivamente).
Ellos si son capaces de transportar grandes fragmentos de DNA. Es en estos grandes fragmentos ya se pueden incluir todos los elementos reguladores del gen. Hay seis técnicas distintas para lograr estos OGM. Una de las más utilizadas es la micro – inyección pro – nuclear de transgenes en pronúcleos de ovocitos que han sido fecundados.
Lo que si debe quedar siempre claro que un OGM (por ejemplo, un ternero genéticamente modificado) es un animal “tan normal” (anatómica y fisiológicamente hablando) como sus padres que no han sido modificados genéticamente.
Autor: Dr. Carlos Buxadé
